¡Mira que hablan, o hablamos, de ti!
Cuantas palabras y tiempo te dedicamos.
Nunca perdidas y bien aprendido.
Y aún así, descarado, siempre acabas
siendo el más desconocido.
Siempre con detalles nuevos, flecos
sueltos.
Con sorpresas, besos y versos.
Siempre agarrándonos bien. ¡Desde dentro!
¡Cuánto te lloran! ...O te lloramos.
Algunos en una de tus mismas piedras, otros saltándote en los baches.
¡Qué precavidos ellos!
Jodido y, sobretodo, jodiendo.
saber.
A no querer, a no querernos.
Y volvemos a ser noveles, principiantes. Sin títulos, sin orlas.
Sin ti.
Y a solas.