POMPAS DE JABÓN
No sé si saldremos mejor de esto.
Si más sabios o más parvos.
Nos cuesta coger postura.
Y hay pespuntes que no ceden.
Pero debemos remangarnos, ponernos las katiuskas y salir a remar.
Seguimos aquí pero a ritmo cambiado.
Facilitarnos los pasos y limpiar las brozas que quedaron.
Hagámoslo como podamos y como sepamos.
Con miedo, con rabia, con cuidado.
Cada casa tiene su lista.
Concedámonos también el arrebato y el llanto.
Porque hay momentos, cierto, que son para mandarlo todo a tomar por saco.
Eso socorre y alivia.
Y mientras tanto, busquemos hacer pompas de jabón en
nuestros patios.
Que la risa no está tan lejos y tranquiliza.