2 de enero de 2021

LIMONES 

Tengo las uñas de los pies pintadas de rojo. Solo ocho porque nunca me he encontrado la uñas de los dedos meniques. Ese es el típico secreto que si cuentas, sería universal. Como el de mearse de gusto en la ducha. Me las he pintado porque había que entrar en el año nuevo con buen pie y de rojo, tradiciones absurdas que haces no sabes porqué coño razón. Quizás alguien decidió el año pasado pintárselas de amarillo chillón y mira la que ha liado. ¡Quita! ¡Quita! ¡No vaya a ser cosa de meigas esto! Me he visto las uñas al sacar la pataza de la cama, este uno de Enero del año uno. Ahora que lo pienso, ¿Había también que levantarse posando primero el pie derecho? ¡Joder! ¡Ya la estamos liando!

Digo que es el año uno porque me siento un poco como el filósofo Locke, en tabula rasa. Porque yo no sé a vosotros, pero a mí esto del año veinte me ha dejado, a veces, en blanco. Completamente fuera de juego. Vamos, que no tenia ni puta idea de nada. Como si mis anteriores experiencias, algunas subrayadas a conciencia, no me hubieran valido para nada. Así que por lo menos que este año nos pille con el cuaderno cerca, boli en mano y observando las primeras filas. ¡Tranquilos, tampoco hay que ir de empollones! Primero habrá que escuchar, porque eso de creernos, a veces, sabedores de todo nos ha hecho ya demasiado ignorantes. También tendremos que estar atentos y, cuando sea posible, buscar ese algo que despistamos la otra vez. Porque yo, personalmente, tuve que despistarme en el momento que se hablo del miedo, de la angustia. No debí de entender muy bien los apuntes que me pasaron. O para ser honesta, igual pensé que no me tocaría esa pregunta en el examen.

Otra cosa, y ya termino. El último día, no sé si con eso de que eran las doce y el toque de queda, me sentí muy confusa. Por un momento, con tanta expectación, me vi subiendo la escalinata, notando como el zapato de cristal se me soltaba, dejando mis cuatro uñitas rojas al descubierto. Tanto las doce, ya son las doce, que me creí, pobre de mí, Cenicienta. Pero seguido, salió Nala, mi leona de la selva. Y hoy, en la cama, fijaros como esta la casa, me sentí un poco Bella Durmiente esperando que alguien me salve con un beso. Bueno, si es más de uno, mejor. Todo producto de la impronta de Disney, que le vamos hacer. 

Ahora voy a intentar hacer una limonada con los limones que dejas siempre al fondo de la nevera. ¿A vosotros también os pasa? Entre los limones y los ajos no me extraña que perdamos, por momentos, el sentido. 


Primer relato del año uno.

Receta de la limonada: Serie This is Us 

Gracias 



  El gimnasio Llevo un jersey que no es mío , está limpio y me vale, los pantalones rojos de hace días y las zapatillas de deporte , las últ...