SALVARSE
Regresar al lugar donde uno fue es un acto valiente.
Es pararse en este
caos.
Y mirarse más allá que de refilón.
Una sensación hasta liberadora.
La oportunidad, quizás, de perdonarse los fallos.
De conversaciones encontradas.
De abrazos ahora completados.
Es recordar, con nostalgia, lo que ya no seremos.
A ser, por un momento, lo que fuimos.
Mientras nos recorre ese especial escalofrío.
Es ver como te haces mayor desde la esquina de tu
habitación.
Contándote las cicatrices.
Hacer recuento de llantos
Y no.
No es restar camino.
Ni retroceder.
Porque volver, en ocasiones, es salvarse a uno mismo.