CAFÉS DE ABRIL
No me mires así…No hagamos eso.
Ambos sabemos que ya no hay cabida.
Que el tiempo nos ha regalado sentirnos diferente.
Recuperando la admiración y el buen sabor que tiempos
revueltos desviaron.
Conocemos nuestros amargos…
Nos hemos contado los lunares que esconden estos cuerpos.
Y tuvimos lo más íntimo en la punta de los dedos.
SÍ. Todo eso y más.
Todo lo vivido queda. No debe irse.
Es más, algún recuerdo ha venido durante este tiempo, y me
ha salido siempre sonrisa.
De habernos sabido felices.
Esconden perdones en abrazos largos y labios sin rencores.
Quizás hasta la oportunidad de ser lo que
primero fuimos.
Yo te tiendo de nuevo mi mano, amigo.
Y no en son de paz, porque nunca hubo guerra.
Ahora toca querernos de más, porque sé que nunca supimos
querernos de menos.
Esto ocurre cuando dejas que la vida llueva…