8 de diciembre de 2021

 

                                   

        

LA OPCIÓN DE (MI) VIDA

Ser madre es una opción.

A veces, quizás demasiado, tengo que recordármelo.

Porque tengo la sensación de que por el mero hecho de poder serlo, tengamos que serlo.

Esta pandemia, así como de repente, ha sumado dos años más a una edad biológica que está comenzando a caer. Empiezo a ser mayor para tener hijos. Así, sin miramientos.

Treinta y seis años y soy mayor.

Empieza a oler a arroz chamuscado.

Y tengo que empezar, por lo que se ve, a pensarlo, a planteármelo.

Vamos, a ponerme a ello. A turnos de mañana, tarde y noche, si es necesario.

Entonces, llego a casa y entre tanta indirecta directa, me pregunto a ver qué quiero.

Y es ahí, cuando para silenciar esas voces que no sabes de dónde vienen , ni porqué aparecen y que hace años no estaban, me repito que ser madre es una opción. No como otra cualquiera, claro está, pero sí mía. Muy mía.

Me excuso al no estar pensando en eso, cuando parece que debo hacerlo.

Me perdono por tener mas ganas de irme de fin de semana con mis amigas o con mi pareja, o de medias maratones, o de escribir un libro, que de traer una criatura al mundo.

Y me asombro, incluso, al no verlo anotado en la agenda del futuro.

No sé si seré madre porque no sé si quiero serlo.

Así de simple.

Ni siquiera sé si tengo que sentir algo especial o diferente para ello ; en plan un sonajero interno, unas ganas de kilos palpitantes tremendas o un amor tan inmenso , superior a mi misma, que aún no he tenido el placer de conocer.

No lo tengo tan claro como otras mujeres y no sé si eso es bueno o malo, tampoco me lo planteo.

Y no lo tengo tan claro como he tenido, y tengo, otras cosas en mi vida.

Quizás sea , sencillamente, porque quiero seguir conmigo un rato más. O siempre.

Aunque al mismo tiempo, lo reconozco, seguro que por el trajín que la cigüeña ha tenido a mi alrededor, me imagino en un espejo sacando fotos a mi tripa y tengo un nombre en la chistera por si acaso me pilla la luna llena. Pero todo está como desdibujado, aún sin cuajo.

Porque por si alguien no lo sabe, cosa que dudo, decidir ser madre, intentar ser madre y/o lograr ser madre no es fácil.

Imaginaréis que no es como elegir la serie que veréis hoy en el sofá.

Ni el libro de este mes.

Ni siquiera es como elegir un piso o un trabajo.

Decidirlo, intentarlo y/o lograrlo es otra cosa.

Pero por encima de todo, es una opción.






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