SEPTIEMBRE

Septiembre, casi siempre, huele a nueva etapa.

Aunque llegue anticipado.

A ganas y a muchos nervios.

A forro de libros recién cortado.

A primeras veces.

Huele también a ´´echar de menos´´.

A nostalgia de verano mientras vemos las fotos en el metro.

Con la tez palideciéndose  bajo chubasqueros.

Septiembre es otra oportunidad.

Huele a cambios.

A bienvenidas.

A matrículas, mudanzas y nuevos amigos.

A decisiones y a retos.

Huele a comienzo.

Con el miedo de sabernos en buen camino.

Quizás Septiembre sea eso, hacerse mayor sin quererlo…

¿Qué a qué olía?

Olía a intriga.

A piel prendiendo.

A calor.

Al deseo que habíamos serenado.

Olías a paz.

A amor.

Olía aún a pelo mojado.

A palabras saliendo nerviosas.

Olía al miedo de que las heridas aún sangraran.

Olías a ganas.

A muchas ganas.

A cuerpo nuevo.

A verdad en el sexo.

Olía a besos abriendo futuro.

A manos prudentes buscando camino.

A cielo abierto.

Olía ya a ti y a mi creando universo.

¡BUEN CAMINO, AMIGA!

Se hizo justicia.

Justicia para ti y para todas nosotras.

Marcando un antes y un después.

Fuimos muy felices cuando leímos el fallo.

No por los años en rejas, sino porque la verdad pesó por encima de todo.

Y de todos.

Sentimos que la rabia de aquellos dias, y de estos meses, se diluía un poco.

Me sentí empoderada y con el alma en pié.

Sentimos, una vez más, que luchar SIEMPRE merece la pena.

Que hay caminos difíciles en los que se dejan ciertas cosas.

Pero quizás tenga que ser así  para que hallemos otras.

Feliz porque ya no habrá duda que te ofenda.

Ni tendrás que demostrar más que te abrieron de piernas.

Feliz porque para ti esto supone un punto final.

De conclusiva justa.

Y nuevo camino, estoy segura.

Nos has traido sonrisas.

¡lLo has logrado, amiga!

Te deseo que sigas mirando valiente a la vida.

Y que te beses o te besen las heridas.

Siendo siempre libre, compañera.

Porque esa es y será , sin duda, tu victoria.

¡GRACIAS

   ÁTOMOS

Somos átomos en este círculo.

Lo sabes.

Como polvo deambulando.

Y no, no eres auténtico, ni genuino.

Ni tampoco el único en tu especie.

Por ello, no estamos solos.

Esto es más fácil, a veces, gracias a la generosidad de otros.

Y somos más felices, a ratos, gracias a los corazones con los que nos rodeamos.

Por ello, nada depende solo de ti.

Aunque todo esté en tu sentir.

Ni todo gira alrededor de tus suelas.

Aunque tus pasos  sean importantes.

Creernos todopoderosos no es más que una capa demasiado pesada

que solo tapa las inseguras trampas.

Creernos merecedores de todo es injusto y presuntuoso.

Es en la humildad donde está lo especial de nuestra particularidad.

Al fin y al cabo, solos ni podemos ni valemos.

Que no se nos olvide.